Un buen líder también debería poder gestionar el talento en una organización para impulsar el cambio, solucionar problemas y potencializar las habilidades de los colaboradores que le rodean, para que estas personas desarrollen un aprendizaje que les permita tomar ventajas competitivas, creando valor para su vida y para la empresa.
“El líder enérgico debe adaptarse al cambio, generando vitalidad en sus actividades, exigiéndose a sí mismo y predicando con el ejemplo, antes de exigir a los demás”, aseguran los consultores expertos de Willis Towers Watson.
La falta de un liderazgo y seguimiento oportuno por parte de los directivos de una empresa y el ya no sentirse importante o con valor dentro de la compañía son los principales motivos por el cual los empleados cambien de trabajo. Es por esto que, en la mayoría de los casos, La gente no renuncia al empleo, renuncia a su jefe.